Spec Ops: The Line (PC, PS3, 360)

Yager Development y 2K se alían para mostrarnos la cara más cruda de la guerra en un título que se inspira de manera directa en dos obras maestras indiscutibles de la literatura y el cine. ¿Estás preparado para mirar directamente al verdadero rostro del horror?

Tras una salvaje tormenta de arena, Dubái se encuentra sumergida en el caos más absoluto. En la piel del Capitán Walker y al mando de sus subalternos, tendremos que adentrarnos en lo que queda de la ciudad, desentrañar el origen del desastre humanitario en el que se encuentra sumida la población superviviente y afrontar las consecuencias que traen consigo las decisiones en el campo de batalla. Con esta premisa argumental, Spec Ops: The Line nos introduce de lleno en un título de acción y disparos en tercera persona, reproduciendo la fórmula de la ingente cantidad de juegos de este tipo que inundaron la séptima generación de consolas como consecuencia del gran éxito de crítica y público que fue Gears of War. Seguir esta estela jugable implica apostar por un sistema de coberturas en el que tendremos que parapetarnos sabiamente, movernos sin quedar al descubierto y gestionar los tiempos de ataque y supresión de fuego para acabar con los comandos enemigos.

Nuestra misión nos exigirá avanzar por una serie de escenarios bélicos muy logrados, inmersos en refriegas y tiroteos bien diseñados que intentarán reflejar la crueldad de la guerra moderna y todas las implicaciones que ser un peón en el campo de batalla conlleva. La aventura de Yager Development está basada en scripts y no lo esconde en ningún momento, puesto que la intención de sus creadores no pasa solo por ofrecernos un juego de acción y disparos en tercera persona de corte clásico, sino por transmitir directamente una experiencia argumental que haga tambalearse nuestras convicciones morales más arraigadas. Basta poco más de media hora a los controles de Spec Ops: The Line para darnos cuenta de que el Capitán Walker no se enfrenta a un desafío militar, sino a todo un descenso a los infiernos, a un profundo vistazo a los rincones más oscuros de la naturaleza humana. Y nos arrastrará junto a él, queramos o no.

La influencia de Gears of War resulta evidente

Gráficamente, el juego no es una proeza técnica ni lleva a los sistemas al límite, pero presenta algunos efectos muy logrados que consiguen destacar por encima de la media. Sorprende y mucho la presencia constante de la arena y su comportamiento en las distintas fases del videojuego, ya sea como superficie, como parte del escenario con la que podremos interactuar o como elemento adverso en plena tormenta del desierto, especialmente en combinación con determinados efectos de luces. Yager Development ha conseguido crear una serie de momentos artísticos y jugables durante la campaña que no se olvidan fácilmente; especialmente los pasajes más hostiles, en los que predominan los tonos rojizos y que nos recordarán constantemente dónde nos encontramos en realidad. Pese a estos elementos destacables, el trabajo de contraste de luces y sombras pierde peso en los escenarios interiores y podría haber dado mucho más de sí, aunque tampoco afea el conjunto.

El apartado sonoro es otra de las grandes bazas del título, que se asienta sobre dos pilares fundamentales. En primer lugar, una banda sonora genialmente escogida para la ocasión, que nos acompañará en determinados momentos y siempre integrada de manera magistral en todos los escenarios que visitaremos. Además de la excelente música ambiental de tintes apocalípticos, encontraremos joyas licenciadas que nos transportarán directamente a conflictos bélicos de épocas pasadas, como Hush de Deep Purple, Nowhere to run de Martha and The Vandellas, o la mítica versión de Star-Spangled Banner de Jimi Hendrix, entre otros temas. No en vano, uno de los personajes principales de la historia es el encargado de la radio pública de Dubai, que desarrolla una relación muy especial con el trío protagonista y, por extensión, con el propio jugador. En segundo lugar, el doblaje a nuestro idioma solo puede ser calificado de sobresaliente; la calidad de las voces del Capitán Walker, Lugo y Adams es indiscutible, pero también lo es el desempeño interpretativo de los actores encargados de darles su personalidad característica. No encontraremos líneas disonantes ni partes que chirríen tonalmente en todo el título, en una historia que progresa de manera fluida y coherente de principio a fin.

¿Qué ofrece entonces el título de Yager Development a aquellos que se interesen por su propuesta? El principal aspecto positivo de Spec Ops: The Line es, sin duda, la profundidad de su narrativa y el impacto que determinadas decisiones tienen en la historia. Lo que comienza como una simple operación de rescate y reconocimiento rápidamente se convierte en un auténtico viaje al abismo más absoluto y las líneas que separan el poder, el deber y la ética se tornan cada vez más difusas a medida que nos adentramos en el corazón de Dubai.

El título no esconde los referentes literarios y cinematográficos en los que se inspira para dar forma a su historia y los ecos tanto de la novela El Corazón de las Tinieblas, de Joseph Conrad, como de Apocalypse Now, de Coppola, serán una constante durante todo el desarrollo y a buen seguro se ganarán la complicidad del jugador familiarizado con ambas obras. El filme de Coppola se inspiraba de forma libre en la novela de Conrad para dar forma a su particular infierno militar en la Guerra de Vietnam; Spec Ops: The Line se inspira en ambas obras y proyecta su propia realidad en un futuro cercano, en el que aborda temas profundos como el intervencionismo militar de EEUU, el empleo de armas químicas o el sufrimiento de la población civil. El desarrollo de su narrativa consigue crear una experiencia orgánica, en la que el jugador empatiza totalmente con el Capitán Walker y su huida hacia adelante en un conflicto que pronto se trasforma en una pesadilla tan salvaje como confusa. Nosotros tampoco sabemos exactamente qué está ocurriendo en Dubai y tendremos que tomar ciertas decisiones junto al protagonista, totalmente a ciegas, y asumir las consecuencias de nuestros actos sin saber que, en realidad, en la guerra, nunca se gana.

Solo los muertos ven el fin de la guerra

Si bien Spec Ops: The Line apuesta claramente por una narrativa compleja y con un alto componente psicológico, lo cual se agradece en un género que suele tirar de tópicos, ha habido ciertos elementos de la experiencia jugable que lastran el conjunto global de la aventura y casi todos ellos tienen que ver con la errática IA de los personajes del juego.

En primer lugar, el componente táctico de Spec Ops: The Line es tan simple como limitado en su propuesta. La autoridad del Capitán Walker sobre sus subordinados y el supuesto trabajo en equipo con Lugo y Adams no pasan de ser un par de órdenes que nuestros aliados acatarán de manera bastante libre, a menudo comprometiendo su propia seguridad. Esto transmite una sensación de control de las situaciones de combate bastante pobre, que acabará llevando al traste cualquier intento de aproximación medida a los comandos enemigos y reventando el orden estratégico de nuestro avance. Nuestros compañeros tampoco serán patos de feria que tendremos que curar cada dos por tres, pero no será porque no pululen de manera más que discutible por los escenarios; sino porque, extrañamente e incluso en las dificultades más exigentes, tanto Lugo como Adams son capaces de aguantar una cantidad de plomo enemigo bastante sospechosa y que choca frontalmente con el supuesto realismo militar y táctico que la aventura intenta recrear.

Por otro lado, una aventura de este calibre merecía mucho más de trabajo en la IA enemiga. Puedo admitir que Lugo y Adams no sean los más listos de su clase siempre y cuando no molesten, pero las rutinas de ataque de las fuerzas armadas enemigas resultan paupérrimas en lo relativo al despliegue táctico en las zonas de combate abiertas y sus patrones de cobertura y disparo son tan obvios que resultan hasta ofensivos. De este modo, nos enfrentaremos de manera constante a enemigos perfectamente parapetados detrás de un punto de cobertura, pero con la cabeza asomando por completo por encima del borde, prácticamente rogando por un headshot de manual. Otros adversarios optarán por correr cien metros hacia nosotros, totalmente descubiertos, para atacarnos de frente y cuerpo a cuerpo, pese a portar armas de fuego, presumiblemente cargadas. Resulta llamativo que, durante todo el desarrollo, todos los comandos enemigos a los que me he enfrentado habrán intentado flanquear mi posición, como mucho, en dos ocasiones. Y ninguna ha tenido éxito.

¿Cómo palía estas carencias Spec Ops: The Line? Penalizando el daño enemigo a medida que subimos la dificultad, pese a que las rutinas de IA seguirán exactamente la misma línea. De este modo y si optamos por la senda de los valientes, un par de tiros nos mandarán para el otro barrio, equilibrando la balanza del paseo que es el juego en dificultad fácil y media. Sin embargo y, como decimos, en la dificultad fubar los despliegues de defensa y ataque enemigos seguirán siendo exactamente igual de desafortunados, afeando todavía más un aspecto táctico que, insistimos, debería haber sido desarrollado con mucho más mimo.

El horror… el horror…

Como conclusión y, pese a sus carencias, Spec Ops: The Line es un buen título, valiente en su propuesta narrativa y que presenta una jugabilidad a la altura de su generación, con sus pros y sus contras. Si la historia no consigue engancharte y descubres la trampa y el cartón de los tiroteos en los primeros minutos de juego, te enfrentarás a otra aventura más de tiros y coberturas en tercera persona, que seguramente olvidarás con facilidad. Sin embargo, si su historia te cautiva, la profundidad de sus dilemas éticos consigue atraparte y la oscuridad finalmente te convierte, no solo en testigo, sino en el brazo ejecutor del horror más absoluto y del que, al fin y al cabo, nadie puede escapar, Spec Ops: The Line dejará en ti una huella tan profunda que hará que siempre recuerdes el sonido de lo inevitable.

A favor: Si la propuesta argumental te engancha, Spec Ops: The Line se convertirá para ti en un clásico de culto. La fórmula jugable entretiene pese a su simpleza. La banda sonora y el doblaje, de sobresaliente. Los distintos finales en función de nuestras decisiones son una genialidad.

En contra: El gunplay carece de profundidad y el sistema de coberturas resulta excesivamente obvio. La IA enemiga debería volver a la escuela. Las opciones tácticas no aportan prácticamente nada al título. Las vinculaciones del mismo botón/tecla para tareas distintas pueden acabar resultando poco intuitivas.

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