Análisis Slay the Spire (PC, PS4, XBO, Switch)

Slay the Spire se ha convertido en uno de los videojuegos referentes dentro del género roguelite. Su mezcla de construcción de mazos, combates y azar provocan que cualquier jugador que de una oportunidad a la propuesta desarrollada por el estudio MegaCrit quede atrapado durante semanas. Tanto si te gustan los roguelite como si eres un fanático de los juegos de cartas, estoy seguro de que el título que hoy os traemos está pensado para ti.

Si bien es cierto que estamos ante un videojuego indie en el que los gráficos son muy flojos, incluso por debajo de la media a la que estamos acostumbrados en desarrolladoras independientes, Slay the Spire consigue sobresalir tanto en el resto de aspectos que hacen que se convierta sin ninguna discusión en todo un referente dentro del género. Hemos quedado atrapados durante más de un mes, echando partidas cortas en cada momento de ocio, y solo tenemos palabras de elogio ante lo que es un auténtico juegazo.

La mezcla perfecta de cartas y roguelite

Slay the Spire es un videojuego para un solo jugador en el que empezaremos nuestra aventura con tan solo un único personaje disponible: el Blindado. Al inicio de cada partida contaremos con una baraja de cartas pequeña y preestablecida en la que siempre encontraremos cartas de ataque y cartas de defensa. En seguida apareceremos en el mapa del Acto I y tendremos que elegir el camino por el que avanzar dentro de los diferentes disponibles. Cada ruta es diferente y aleatoria en cada partida, pudiendo encontrar zonas de enemigos, tiendas, una fogata para descansar, cofres con reliquias, Jefes y zonas con interrogantes que nos sorprenderán de forma imprevisible.

La base del juego radica en los combates y la mejora de nuestro mazo de cartas. En cada enfrentamiento lucharemos por turnos, pudiendo elegir qué cartas jugar dentro de las que hemos robado en cada turno y gastando para ello el coste de energía que requiere cada carta. Por ejemplo, para jugar la carta “Golpe” gastaremos un punto de energía y provocaremos seis puntos de daño en nuestro oponente mientras que por el mismo coste podemos jugar un “Defender” para sumar cinco puntos de defensa que nos protegerán del ataque de nuestro rival en su turno. Estas son por encima las normas básicas, pero no tardaremos en comprobar la enorme profundidad que ofrece Slay the Spire.

Construyendo nuestro mejor mazo

Tras cada combate se nos dará a elegir una carta entre tres diferentes para añadirlas a nuestra baraja. Esta decisión es crucial para ir dando forma poco a poco a nuestro mazo y conseguir buenas sinergias que nos salven de más de un apuro contra los enemigos más poderosos. La estructura del juego es en tres actos, teniendo que combatir al final de cada uno contra un poderoso Jefe Final que nos pondrá contra las cuerdas al menor despiste; por lo que es normal que durante las primeras horas finalicemos nuestra aventura antes de tiempo. Sin embargo, al perder conseguiremos ventajas que nos ayudarán en las siguientes runs ya sea con el desbloqueo de nuevas y poderosas cartas o reliquias que tendrán múltiples efectos dentro y fuera del combate.

Gracias a las sucesivas actualizaciones que ha sufrido Slay the Spire desde su lanzamiento, a día de hoy contamos con otros tres personajes que iremos desbloqueando al completar el juego múltiples veces. Estos son La Silenciosa, El Defectuoso y La Vigilante. Si bien el mazo de partida es prácticamente igual al de El Blindado, cada nuevo personaje cuenta con sus propias mecánicas y cartas muy diferentes que conseguiremos poco a poco al superar combates o en la tienda. Así, la obra de MegaCrit ofrece cuatro estilos de juego que distan mucho entre ellos y hacen que cada jugador dedique cierto tiempo a estudiar, entender y conocer qué cartas son las que mejor funcionan entre sí. Además, cada carta puede ser común, infrecuente o rara en función de cómo de poderosas sean, por lo que siempre será importante tener un poco de suerte.

El ensayo y error como aprendizaje

Una de las claves del éxito (de la que nos percatamos conforme el paso de las horas) es saber cuándo añadir cartas al mazo y cuando no. Y es que de poco servirá añadir cartas a la baraja siempre que tengamos oportunidad si al final tenemos un mazo que mezcla cartas poderosas con cartas iniciales que no nos aportan mucho en cada ronda. Como en cada turno robamos un número limitado de cartas, dependeremos siempre de la fortuna. Pero podemos hacer algo para aumentar nuestras probabilidades de éxito: no añadir cartas por añadir y esperar a que se nos ofrezcan las que realmente funcionan en nuestra estrategia. Siempre será preferible tener una baraja pequeña con buenas cartas que un mazo extenso con un popurrí de dudosa calidad. En este aspecto también nos ayudará encontrar la tienda en el mapa, donde podremos comprar cartas y eliminar (por un precio) aquellas que nos estorban.

Nos dejamos secretos que esconde Slay the Spire, conseguir finalizar una partida completa con cada uno de los cuatro personajes es tan solo el inicio, pero dejamos que los jugadores que todavía no le hayan dado una oportunidad descubran todo el contenido disponible por sí mismos. La única pega seria que encontramos viene dada en su versión portátil para Nintendo Switch, y es que el control táctil (opcional) no nos termina de convencer del todo y el tamaño de los textos (traducidos al español) viene algo pequeño de serie aunque existe la opción de aumentarlo. Por lo demás, confirmamos que estamos ante todo un referente dentro de los roguelite que podemos situar en el pódium junto a obras de tremendo prestigio como Dead Cells, The Binding of Isaac, Enter the Gungeon o el más reciente Hades.

A favor: la mezcla de juego de cartas y roguelite funciona a las mil maravillas. Sus cuatro personajes totalmente diferenciados y la multitud de estrategias posibles. Su duración es casi infinita. Su mecánica jugable es realmente adictiva

En contra: el apartado gráfico es sin duda su punto débil. El diseño de cartas también está poco trabajado.

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